Kawelluco es un desarrollo en las afueras de Pucón, localizado en los faldeos del Volcán Villarrica que ocupa 1000 hectáreas de las cuales, 600 corresponden a reserva natural y las restantes se subdividieron en lotes con superficie mínima de una hectárea. El refugio-casa, construido por Teresa Moller en una de las parcelas más pequeñas, es lo que ella define como su "laboratorio de experimentación" un lugar en donde a través de la planificación intuitiva y de la intervención con elementos básicos del paisaje ha ido definiendo un modo personal de trabajar.
Conoce más detalles sobre la propia casa de descanso de Teresa Moller a continuación.
Inicialmente el sitio correspondía a un bosque casi hermético con una curvatura natural siguiendo la ondulación del terreno. Teresa Moller fue buscando el punto más alto donde posicionaría la casa a través de una diagonal que abrió en el lugar, con el objetivo de obtener las mejores vistas hacia el volcán.
La casa es elevada usando la madera sobrante de los trabajos de limpieza de esta diagonal y se desarrolla este nivel elevado como un plano principal con vistas desde cada fachada rematando en una terraza desde donde es posible observar el maravilloso paisaje. En el nivel inferior se desarrolla un espacio semicubierto que se funde con los decks de madera que lo rodean.
Para llegar a la casa, el camino vehicular atraviesa el terreno de manera zigzagueante, ofreciendo desde un principio la posibilidad de apreciar el sitio. Una simple rama entre dos troncos marca el acceso, y el potrero se demarca incorporando un elemento preexistente, una pieza vertical de madera perforada para poder encajar piezas horizontales o ramas que se va repitiendo y que va otorgando una imagen primitiva y vernácula al sitio.
La idea de ir descubriendo los elementos que hacen al lugar para luego adaptarlos y hacerlos parte del proyecto se verifica en cada rincón. El uso de la madera propia del sitio se puede observar en juegos y bancos que amueblan la galería superior y el semicubierto inferior.
Aprovechando el desnivel del terreno, Moller construyo un sistema de caída y recolección del agua, recreando sistemas hidráulicos del pasado construido con ramas acanaladas que transportan el agua y troncos que sostienen la estructura. Recibiendo el agua, un pequeño receptáculo en el suelo queda siempre rebosante en época de lluvias.
Además al recorrer el lugar se van encontrando tinajas recolectoras de agua de diferentes tamaños con fines agrícolas. El suelo del sitio también se usa para la experimentación de cultivos y especies vegetales que pueden ir variando y así también lo hacen los bordes de la casa en el tiempo.
Una pequeña huerta combinada con especies florales se comunica con la casa a través de un sendero que sigue el trazado de la línea del agua. Los sonidos y los perfumes se conjugan así en un lugar místico oculto en el bosque.
Basado en texto de Jimena Martignoni (Unveiling the Landscape, Hatje Cantz Publishers, 2014)
Paisajismo: Teresa Moller
Arquitecto: Matías González
Ubicación: Kawelluco, IX Región de la Araucanía
Año de Construcción: 2008
Textos: Jimena Martignoni
Fotografía: Chloe Humphreys